Blefaritis

Se llama Blefaritis a la inflamación de los párpados. A menudo su origen se debe a un mal funcionamiento de las pequeñas glándulas que se encuentran en el margen palpebral.

En condiciones normales estas glándulas producen una secreción grasa que ayuda a lubricar la superficie del ojo y de los párpados, y que previene la evaporación de las lágrimas. En los pacientes con blefaritis estas glándulas se encuentran obstruidas, sus secreciones quedan estancadas y se forman ácidos grasos que irritan la superficie ocular. El margen de los párpados aparece en estos casos inflamado y enrojecido. El ojo irritado produce secreción mucosa y proteínas y estos se acumulan en el margen palpebral, creando a menudo una costra que es más evidente por la mañana (los pacientes lo definen como una “caspita”). El depósito de estos materiales proporciona las condiciones óptimas para el crecimiento de bacterias. Las bacterias, a su vez, segregan sustancias irritantes que lesionan, aún más, las glándulas del párpado y que también irritan el ojo.

La severidad de la blefaritis varía considerablemente de unos individuos a otros. En algunos casos representa sólo una molestia, creando una leve irritación de manera intermitente. En otros, es una enfermedad más seria que puede incluso afectar a la visión.

El tratamiento de la blefaritis consiste en la combinación de varias de las siguientes opciones terapéuticas:

Higiene palpebral

Una de las maneras más sencillas y eficaces de romper el “círculo vicioso” de la blefaritis es mantener el margen palpebral tan limpio como sea posible. Eliminando las pequeñas costras que se forman, se dificulta el crecimiento de bacterias y se ayuda a mejorar el funcionamiento de las glándulas del margen palpebral.

La mejor manera de mantener los párpados limpios es frotándolos suavemente en el área donde se localizan las pestañas, mientras se mantienen cerrados, mediante una pequeña gasa o un bastoncillo de algodón humedecidos e impregnados con jabón. Puede utilizarse alguno de los jabones disponibles en farmacias y diseñados especialmente para la limpieza de los párpados, o simplemente un jabón suave de PH neutro (utilizados habitualmente en la higiene de bebés). La maniobra de limpieza se realizará una o dos veces por día dependiendo de la severidad de la blefaritis.

Tetraciclina

La tetraciclina es un antibiótico disponible desde hace muchos años. Ella y sus derivados se utilizan con frecuencia en el tratamiento de la blefaritis, tanto por su acción directa frente a las bacterias como por su capacidad para mejorar las secreciones de las glándulas del párpado.

Como las glándulas se encuentran bajo la superficie de la piel, esta medicación debe ser administrada oralmente para que sea efectiva.
Aunque hay diversos efectos indeseables que pueden presentarse al tomar tetraciclinas los dos más comunes son la aparición de náuseas y la sensibilidad a la exposición solar (cualquier persona con tratamiento con tetraciclinas debe utilizar protección solar si ha de estar expuesta a la luz del sol durante periodos prolongados de tiempo). Las tetraciclinas deben ser tomadas con el estómago vacío para que sean efectivas.

Muchos pacientes que no toleran o no responden bien a un tipo de tetraciclina pueden responder mucho mejor a otro tipo. Es importante, por tanto que aquellos pacientes insatisfechos con el tratamiento contacten con su médico.

Lágrimas artificiales

Gran parte de las molestias oculares de la blefaritis están causadas por irritantes y toxinas que se encuentran en la película lagrimal y que han sido secretadas por las bacterias o las glándulas del margen palpebral. Los efectos perjudiciales de estas toxinas pueden ser minimizados por un lavado regular de la superficie ocular con lágrimas artificiales. Hay un gran número de estos productos disponibles en el mercado y pueden clasificarse, básicamente, en dos grupos:

  1. Lágrimas artificiales conservantes. Contienen productos químicos que previenen el crecimiento de bacterias (conservantes). Tienen la ventaja de que pueden ser utilizadas, taparse, y ser utilizadas de nuevo. Desafortunadamente, muchos de esos conservantes pueden irritar la superficie ocular. Algunas personas son incluso alérgicas a ellos y pueden desarrollar reacciones severas cuando son usados durante largos periodos de tiempo.
  2. Lágrimas Artificiales con conservante. Al no contener conservantes es mucho menos probable que puedan irritar la superficie ocular. La desventaja es que deben ser envasados en pequeñas cantidades y tienen que ser utilizados inmediatamente después de ser abiertos. Si no son utilizados poco tiempo después de ser abiertos, las bacterias pueden crecer en ellos y crear una infección ocular severa. Las lágrimas artificiales sin conservantes son también más caras.
  3. Antibiónticos tópicos. Los antibióticos tópicos (colirio o pomada) son usados a menudo para tratar pacientes con blefaritis. Actúan contra las bacterias que forman parte del “círculo vicioso”. Las bacterias pueden hacerse resistentes a los antibióticos si son expuestas e ellos durante períodos prolongados de tiempo. Por este motivo, es mejor para los pacientes que tienen blefaritis utilizar los antibióticos sólo intermitentemente (durante una o dos semanas).
  4. Esteroides. Los esteroides se utilizan para reducir la inflamación y el enrojecimiento causado por las secreciones irritantes de las glándulas y bacterias del párpado. Reduciendo la inflamación se facilita que las glándulas recuperen su función normal. Los esteroides también reducen las secreciones y las costras. Desafortunadamente, los esteroides tópicos pueden tener efectos secundarios como la formación de cataratas o glaucoma cuando se utilizan durante períodos de tiempo prolongados. Como los antibióticos, los esteroides suelen estar indicados durante cortos período de tiempo en el tratamiento de la blefaritis.

Estrategia de tratamiento.

Nuestra estrategia para tratar las blefaritis consiste en interrumpir el “círculo vicioso” en todos los puntos en que sea posible mediante los tratamientos citados anteriormente. Los medicamentos que pierden su efecto tras un periodo de tiempo (antibióticos tópicos) y los que pueden dar complicaciones tras un uso prolongado (esteroides tópicos), son utilizados únicamente durante las primeras semanas. Las tetraciclinas por vía oral sólo son utilizadas en casos más severos o rebeldes, y las dosis son reducidas lentamente una se ha obtenido respuesta. La limpieza de los párpados y las lágrimas artificiales son la base del tratamiento a largo plazo. Producen muy pocas complicaciones y suelen mantener un buen control de la blefaritis una vez la enfermedad ha respondido a otras medicaciones. La dosis exacta de cada medicación y la duración del tratamiento variarán de un paciente a otro en función de la severidad, grado de respuesta y control evolutivo.

Es importante recordar que la blefaritis es una enfermedad crónica. Muchos pacientes con blefaritis la han padecido durante meses o años antes de acudir al oftalmólogo. Como el inicio de la enfermedad, la respuesta a las medicaciones puede ser también muy lenta. Algunas semanas o incluso meses de tratamiento pueden ser necesarios antes de que se produzca mejoría.

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